El papel de los circuitos cerebrales en la enfermedad mental | Progress In Mind LATAM

El papel de los circuitos cerebrales en la enfermedad mental

La psiquiatría tradicional basada en categorías de trastornos basados en síntomas está limitada por una comprensión deficiente de las causas y mecanismos subyacentes de los trastornos psiquiátricos, la aparición de los mismos síntomas en muchos trastornos psiquiátricos y los malos resultados del tratamiento. Un nuevo enfoque basado en la suposición de que las enfermedades mentales son trastornos de los circuitos cerebrales, los Criterios de dominio de investigación (RDoC por sus siglas en inglés), permitirán un mejor diagnóstico e intervenciones personalizadas, explicó la profesora Marianne Goodman, Nueva York, en el congreso 2021 del Colegio Europeo de Neuropsicofarmacología (ECNP por sus siglas en inglés).

Para lograr una psiquiatría de precisión y, por lo tanto, mejores resultados para las personas con enfermedades mentales, es esencial abordar las muchas limitaciones de la psiquiatría tradicional, dijo el profesor Goodman. Éstas incluyen:

  • Comprensión limitada de la fisiopatología de los trastornos psiquiátricos1
  • La superposición de síntomas en muchos trastornos psiquiátricos2
  • La incapacidad de relacionar con precisión a los pacientes con los tratamientos, que a menudo se utilizan en forma de prueba y error.
  • La falta de herramientas y tecnologías de diagnóstico2

Necesidad de un marco más allá de las categorías de trastornos tradicionales basadas en los síntomas

 

Aumento de la comprensión de la fisiopatología

El proyecto Research Domain Criteria (RDoC) fue lanzado por el Instituto Nacional de Salud Mental en 2010 para crear un marco para la investigación sobre la fisiopatología y la clasificación futura de los trastornos mentales con base en el supuesto de que las enfermedades mentales son trastornos de los circuitos cerebrales.3

El objetivo es reanalizar la investigación mediante la construcción de un marco más allá de los síntomas y las categorías de trastornos tradicionales basadas en los síntomas, explicó la profesora Goodman.

Un enfoque de marco basado en dominios predice los resultados clínicos

El concepto de RDoC considera cuatro factores principales:

  • Neurodesarrollo
  • Efectos ambientales
  • Dominios: valencia negativa, valencia positiva, sistemas cognitivos, sistemas para procesos sociales, sistemas de excitación/regulación y sistemas sensoriomotores.
  • Unidades de análisis: genes, moléculas, células, circuitos (sistemas neuronales y dimensiones conductuales), fisiología, comportamiento y autoinformes4

Se ha demostrado que los dominios RDoC predicen los resultados clínicos en términos de duración de la estadía en el hospital y riesgo de readmisión, según un análisis de registros de salud electrónicos (EHR por sus siglas en inglés) para pacientes psiquiátricos de 2010,5 afirmó la profesora Goodman.

Las biofirmas compuestas por biomarcadores se pueden aplicar a individuos y poblaciones para producir intervenciones personalizadas

 

La importancia de los biomarcadores

Los biomarcadores se están descubriendo a través de la investigación en ciencias moleculares, grandes datos (por ejemplo, utilizando EHR, datos de dispositivos móviles), neurociencia cognitiva y análisis de características individuales y factores ambientales, afirmó la profesora Goodman, y pueden conformar una parte importante de la psiquiatría de precisión.

Se pueden usar conjuntos de biomarcadores para producir biofirmas que se pueden aplicar a individuos y poblaciones para producir mejores diagnósticos, endofenotipos, clasificaciones de enfermedades, pronósticos e intervenciones personalizadas.2

Para ilustrar este enfoque, el profesor Goodman destacó un metanálisis de neuroimágenes de 298 estudios en los que participaron 5427 pacientes con trastornos psiquiátricos y 5491 controles, que demostraron disfunción del neurocircuito entre aquellos con trastornos psiquiátricos.6

La enfermedad psiquiátrica puede formularse como una disfunción en fenotipos neuroconductuales transdiagnósticos, como la activación de neurocircuitos

La disfunción afectó áreas clave para el procesamiento emocional, incluida la amígdala, las circunvoluciones del hipocampo y parahipocampo y las regiones prefrontales.6

Los autores concluyeron que, por lo tanto, la enfermedad psiquiátrica puede formularse como una disfunción en fenotipos neuroconductuales transdiagnósticos, como la activación de neurocircuitos, lo que es consistente con el concepto de RDoC.6

El apoyo a esta hipótesis lo proporciona la demostración de que la actividad alterada de la amígdala está relacionada con diferentes disfunciones de la red en el trastorno depresivo mayor,7 afirmó la profesora Goodman.

 

El apoyo financiero educativo para este simposio fue proporcionado por Boehringer Ingelheim.

 

Our correspondent’s highlights from the symposium are meant as a fair representation of the scientific content presented. The views and opinions expressed on this page do not necessarily reflect those of Lundbeck.

Referencias

  1. Uher R, Zwicker A. Etiology in psychiatry: embracing the reality of poly-gene-environmental causation of mental illness. World Psychiatry 2017;16:121–9.
  2. Fernandes BS, et al. The new field of ‘precision psychiatry’. BMC Medicine 2017;15:80.
  3. Insel T, et al. Research Domain Criteria (RDoC): Toward a new classification framework for research on mental disorders. Am J Psychiatry. 2010;167:748–50.
  4. Cuthbert BN. The role of RDoC in future classification of mental disorders. Dialogues Clin Neurosci. 2020;22(1):81–5.
  5. McCoy TH, et al. A clinical perspective on the relevance of research domain criteria in electronic health records. Am J Psychiatry. 2015;172(4):316–20.
  6. McTeague LM, et al. Identification of common neural circuit disruptions in emotional processing across psychiatric disorders. Am J Psychiatry. 2020;177(5):411–21.
  7. Tang S, et al. Abnormal amygdala resting-state functional connectivity in adults and adolescents with major depressive disorder: A comparative meta-analysis. EBioMedicine 2018;36:436–45.